Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Escuela de Estudios Generales
EAP. ENFERMERIA
Samanta Ovalle Meramendi
Lenguaje y Comunicación
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INTRODUCCION
Hace algún tiempo en nuestro país, se le está dando relevancia a un tema preocupante y que requiere de rápida acción, nos referimos al delito popularizado como feminicidio. La violencia feminicidio es un nuevo concepto que engloba a todas las formas de violencia contra las mujeres que va contra la integridad, la salud, la libertad y la vida de las mujeres. Por lo tanto el feminicidio concurre en el tiempo y espacio, daños realizados ya sea por personas conocidas o desconocidas, por violento, violadores, asesinato individual o ya sea grupal. También son cometidos por los novios, parejas, esposos, amigos, familiares, etc.
A diario escuchamos hablar de homicidio que es un crimen que cruza todas las clases sociales. Este tipo de delito expresa un sentimiento de posesión y control de las mujeres por parte de los hombres. Sin duda esta problemática se debe a diferentes factores de relevancia pero principalmente al excesivo machismo que aún perdura en nuestra en nuestra sociedad, por ejemplo enfocándose dentro del mismo machismo, una de las principales causas de este tipo de muerte son los celos, que terminan en este tipo de actuaciones y resultados tan trágicos. Puede asegurarse que la violencia contra las mujeres se ha instalado en un espacio de preocupación social y política.
En general nuestro estado tiene un marco legal basado en derecho internacional para los derechos de las mujeres, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer de la cual la constitución política del Perú establece la defensa de la persona, integridad física y derecho de la vida y al respeto a su dignidad como el fin supremo de la sociedad y estado.
DESARROLLO
La violencia contra la mujer es el término utilizado para referirse al maltrato que cause daño físico, psicológico y verbal contra las féminas. Según el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, la violencia ejercida contra la mujer es un problema que obedece a estructuras jerárquicas patriarcales que reproducen una cultura donde las mujeres son vistas como objetos desechables y maltratables. En consecuencia la violencia contra las mujeres representa una violación a los derechos humanos y constituye uno de los principales obstáculos para lograr una sociedad igualitaria y plenamente democrática.
El Informe Mundial sobre la Salud y Violencia de la OMS señala que la violencia es un problema de salud pública pues genera graves daños psíquicos, físicos, privaciones y deficiencias en el desarrollo de las personas. Por otra parte, el estudio multicéntrico de la OMS sobre la violencia de pareja y la salud de las mujeres revela que el 48% de las mujeres en Lima y el 61% en Cusco reporta haber sufrido violencia física por parte de sus parejas. Del mismo modo, el 23% de las mujeres en Lima y el 47% de Cusco afirman haber sufrido violencia sexual. En conclusión, más de la mitad de las mujeres en Lima (51%) y el 69% en Cusco señalan que han sido violentadas sexual o físicamente por sus parejas.
Según el reporte de feminicidio en el Perú realizada por el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán lo más alarmante de esta situación es encontrar en los datos que los principales agresores forman parte del mundo social más cercano de la víctima; es decir con quienes convive cotidianamente e incluso forman parte de su entorno afectivo. Esta situación es alarmante pues nos muestra que los espacios físicos y sociales considerados como garantes de seguridad no lo son en realidad; y que paradójicamente pueden degenerar en espacios de sumo peligro para las mujeres ante situaciones de crisis en el imaginario masculino, ello nos lo demuestra que los motivos de la violencia según manifestación de los agresores son: negación sexual, celos, infidelidad, satisfacción sexual y negación a pedido. Las razones manifestadas por los agresores nos muestran un claro contexto de oposición a la autodeterminación femenina.
La atención al fenómeno del feminicidio surge como un llamado de atención y denuncia ante la impunidad generada en relación con los crímenes cometidos contra las mujeres por el hecho de serlo; pues cuando se les denomina simplemente asesinatos, dicho término asexuado y neutral no incorpora los contextos de la violencia contra las mujeres, elimina el peso de las continuas circunstancias de agravación y contribuye a la invisibilidad de las historias subyacentes de atentados contra la integridad, la autonomía, la libertad y la vida de las mujeres. Tejeda, Doris (2016).
Con frecuencia un nuevo caso de feminicidio indigna y estremece a los peruanos, dejando en evidencia el estado de indefensión de las mujeres frente a la violencia machista. Y sin embargo, nada parece cambiar. En los tres primeros meses de este año, el Ministerio de la Mujer (2018) ha registrado 32 casos de feminicidio en el país. Es decir, una mujer cada dos días ha sido asesinada en lo que va de 2018. En la mayoría de los casos, por celos (47%) de parte de su pareja o ex pareja o algún familiar, porque la víctima decidió separarse (13%). lo cual, indigna y angustia a la sociedad. (Citado por Infobae-2018)
“El feminicidio es la expresión más extrema de la violencia contra las mujeres. Ni la tipificación del delito ni su visibilizarían estadística han sido suficientes para erradicar este flagelo que nos alarma y horroriza cada día”, dijo Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, quien llamó a los países a dar prioridad a las políticas públicas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres en la región. Pero ¿Qué hace el estado para disminuir este problema? Son pocas las estrategias aplicadas y las cuales no traen resultados productivos. Es por ello que se puede afirmar que las conductas violentas contra la mujer deben ser penalizadas porque se promovería el respeto de los derechos, reduciría el feminicidio y los medios de comunicación no transmitirían violencia en sus mensajes. A continuación presentaré los argumentos correspondientes.
En primer lugar, se debe respetar la igualdad de derecho al buen trato. La dignidad e integridad como ser humano es uno de los primeros valores en práctica que define nuestros principios como personas. Este deber lo merecen todos los ciudadanos en general; aunque lamentablemente son exclusivos para una pequeña porción del país. Sula Batsu-Argentina (2013), mencionó que “La igualdad de condiciones de vivencia, favorece las relaciones armoniosas y asertivas de las familias, y potencia las interacciones del Mundo” donde la calidad de vida y justicia sea equitativo para todos, respetando su integridad en espacios públicos y privados; en el aspecto psicológico, físico y sexual. Por lo que se debe penalizar cualquier acto violento que cause daño a su moralidad.
En segundo lugar, penalizar las conductas violentas contra la mujer es una alternativa que reducirá el índice de feminicidio. Esto beneficiará a la sociedad en general, ya que actualmente es un problema crítico y vulnerable en el país. La OIG (2014), indica que “El Perú ocupa el segundo lugar en cifras de feminicidio en América Latina, demostrando 83 homicidios durante el 2013”. Es una vergüenza, este puesto en algo tan cruel, ya que, cinco casos más y tenemos el título de primer lugar sustituyendo a Colombia. A pesar de que las cifras estén en un aumento progresivo, no se ve el interés del estado en aplicar políticas públicas eficaces contra esta problemática. Cada día causa más daños lamentables y contribuye a que seamos un país donde se vivencia la discriminación de este género. Si se busca el desarrollo y calidad de vida para la población no podemos quedarnos atrapados y conformarnos con una realidad triste de la sociedad llamada feminicidio, un problema presente en todas las clases sociales. Es por ello que se debe sancionar estas acciones para brindar una alternativa de solución adecuada.
En 2015, el Congreso peruano aprobó una ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres (Ley 30364), sin embargo la situación no ha cambiado. Actualmente, existen propuestas para penalizar los casos de acoso. No obstante, se trata de un problema más profundo, que atraviesa lo social y cultural. Mientras tanto, el índice de violencia contra la mujer sigue aumentando en Perú.
Por último, los medios de comunicación deben de comprometerse a no transmitir mensajes que demuestren violencia y dominio de género. Es un tema muy polémico actualmente, ya que psicólogos y especialistas opinan que los programas televisivos son fuente e imagen que promueven esta problemática. Es el caso de Combate, un programa de competencia donde de manera indirecta crean rivalidad y subestiman a las mujeres como incapaces y débiles a comparación de un varón, esto brinda un estereotipo de la capacidad de la mujer creando así “el machismo”. Sin embargo; son los más vistos en la televisión peruana, lo cual provoca críticas extranjeras e internas hacia el estado Peruano. Mencionando que si se penalizaría esta conducta agresiva y dañina hacia la mujer, estos cambiarían en la manera de transmitir sus mensajes, lo cual, influiría al ascenso de la disminución de esta actitud negativa, ya que este medio influye mucho en nuestras actitudes y pensamientos. Meléndez (2008) menciona que es importante que los jóvenes y niños de hoy tengan una educación completa que les enseñen desde las escuelas que estas conductas violentas están mal vistas por la sociedad y castigadas por la ley.
En conclusión el feminicidio muestra el real contexto de violencia y discriminación hacia la mujer; de este modo se convierte en uno de los principales problemas sociales que tenemos que enfrentar, pues es evidente que las construcciones sociales de nuestra sociedad toleran la violencia basada en la discriminación de género. Las conductas violentas contra la mujer deben ser penalizadas y así contribuiría a la igualdad de derechos a reducir el índice de estadísticas de feminicidio, y a promover que los medios de comunicación no transmitan violencia en sus mensajes. Indigna saber que los agresores ejecuten estos actos violentos sin remordimiento alguno, olvidando que tienen una madre, la cual tiene derecho al respeto de su integridad. Aún más entristece y angustia a la sociedad que el estado se quede con los “brazos cruzados” viendo como el país se destruye. Sin embargo el Perú clama a su acción y espera una solución inmediata contra este problema habitual. ¿Esta actitud es ejemplo para los niños? Ello nos conlleva a aspirar y tener esperanza que en un futuro los derechos y moral de la mujer se respeten y valoren.
Referencias
- Organización Mundial de la Salud, op.cit, 2002. Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud, 2002. Recuperado en: http://www.paho.org/Spanish/AM/PUB/ Contenido.pdf
- Güezmes, Ana, Palomino, Nancy y Ramos, Miguel, Violencia sexual y física contra las mujeres en el Perú. Estudio multicéntrico de la OMS sobre la violencia de pareja y la salud de las mujeres, Lima: CMP Flora Tristán, Universidad Peruana Cayetano Heredia, OMS, 2002.
- Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán. Reporte de feminicidio en el Perú. Recuperado en: http://www.flora.org.pe/pdfs/Feminicidio.pdf
- Marcela Lagarde y de los Ríos, “Por la vida y la libertad de las mujeres. Fin al feminicidio. Día V-Juárez”. Recuperado en: http://www.flora.org.pe/investigaciones/feminicidio.pdf
- Infobae (2018) . Cada dos días una mujer es asesinada en Perú por culpa del machismo. Recuperado en: https://www.infobae.com/america/america-latina/2018/05/02/cada-dos-dias-una-mujer-es-asesinada-en-peru-por-culpa-del-machismo/
- Sula Batsu, (2013). Machismo y Violencia contra la Mujer. Recuperado el 09 de septiembre del 2015 de base de datos Sula Batsu.
- El Observatorio de la Igualdad de Género de América Latina y el Caribe-OIG, (2014). Feminicidio en el Perú. Recuperado en: http://ddd.uab.cat/pub/pars/02102862n88p45.pdf.
- Melendez,J. (2008). Trabajo Social. Estudio para la defensa de los Derechos de la Mujer. (pp.345-370).
- Tejeda, Doris (2016) Feminicidio: Un problema social y de salud pública. Colombia. Recuperado en: https://www.researchgate.net/publication/317963710_Feminicidio_Un_problema_social_y_de_salud_publica
CEPAL (2017). Al menos 2.795 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 23 países de América Latina y el Caribe en 2017. Recuperado en: https://www.cepal.org/es/comunicados/cepal-al-menos-2795-mujeres-fueron-victimas-feminicidio-23-paises-america-latina-caribe